El Ingeniero Informático Farid Astorga, subsecretario de Educación a Distancia de la UNJu, explicó de qué manera se desarrolla la modalidad en la casa de altos estudios.
El confinamiento debido a la pandemia de Covid-19 iniciado en marzo de 2020 comenzó a modificar la vida cotidiana de todos. En los distintos ámbitos de la vida se empezaron a observar restricciones que trajeron aparejados inconvenientes que, al principio, eran difíciles de imaginar su resolución.
Si bien una porción importante del mundo vive hiperconectada, desde el arranque del confinamiento la conectividad tomó un vertiginoso avance sobre ámbitos que todavía se pensaban sólo en situación de presencia física. Uno de ellos, las clases del nivel universitario.
Palabras como Zoom, Meet, presencialidad, virtualidad, hibridación, clases
sincrónicas o asincrónicas, aula virtual, entre otras, llegaron para
quedarse. Para ello fue necesario trabajar a contrarreloj para poder estar a la
altura de las circunstancias y así continuar con la formación académica de
miles de estudiantes y el trabajo pedagógico de los docentes.
“En el 2019-2020 con la pandemia esto cobró un ritmo vertiginoso y aceleró el proceso de aprendizaje y adecuación. O sea, no solamente de
aprendizaje de los docentes, sino de adecuación y uso de las herramientas por
parte de los estudiantes. Promovió concientizar acerca de la conectividad, de
los recursos tecnológicos que deben tener los estudiantes para poder asumir una
enseñanza. La pandemia aceleró esto y promovió cambios fuertes que,
hablando de una decisión política de parte de la universidad se decidió en
institucionalizar todos estos esfuerzos de la comunidad educativa en general”,
aseguró el Ingeniero Farid Astorga, subsecretario de Educación a Distancia de
la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu).
El caso de la UNJu es particular, ya que desde 2015 funciona la plataforma UNJu Virtual y tres años más tarde se institucionalizó. Se trata del soporte que permite el dictado de clases de manera virtual, bajar textos digitalizados, presentar trabajos prácticos, entre otras acciones, que los estudiantes de las distintas unidades académicas y dependencias normalmente realizaron de forma presencial. Por lo tanto, la UNJu ya tenía una práctica en lo que hace a la virtualidad.
A partir de 2020 la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) comienza a
bajar políticas educativas enfocadas en lo virtual, mediante el Plan de Virtualización
de la Educación Superior (Plan VES I). De esta manera, se institucionalizó la
continuidad de las actividades académicas a pesar de las restricciones
imperantes en ese momento. Además, se dispuso una partida presupuestaria de
“$1490 millones a distribuirse entre las Universidades Nacionales y
Provinciales de Gestión Pública y al Sistema de Información Universitaria (SIU)
a través del Consejo Interuniversitario Nacional, con destino a la Convocatoria
aprobada en el artículo 1° de la presente resolución”, asevera el artículo 2º
de la Resolución 113/2020 de la
Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. Monto especificado para
las 62 instituciones del Sistema Universitario Nacional, que incluye a 56
universidades nacionales, 5 universidades provinciales y al Sistema de
Información Universitaria (SIU).
“Esta institucionalización de los
esfuerzos tiene que ver con este Sistema Institucional de Educación a Distancia, que es una recomendación de la
Secretaria de Políticas Universitarias para que cada universidad pueda dotarse
de los componentes y de los equipos de trabajo para poder mediar la educación
en la modalidad a distancia. Si bien, las universidades tienen una modalidad
presencial este sistema institucional viene a anclarse a esa organización, a
esa estructura organizacional y de gestión para avanzar hacia la modalidad a
distancia. Con las recomendaciones de la SPU la universidad que quiera ofrecer
ofertas a distancia lo tiene que hacer a través de su sistema institucional de
educación a distancia que es el que brinda el contexto, el marco, las acciones,
el protocolo, el equipo de trabajo, los recursos para mediar esta opción
pedagógica”, agregó Astorga.
En lo económico, fue necesaria una fuerte inversión para soportar una mayor
demanda de la plataforma virtual. Específicamente, UNJu Virtual,
institucionalizada en 2018 debió crecer, ya que “pasamos de un servidor pequeño
a uno muy grande. Antes era una alternativa el aula virtual. Después, con la
pandemia, se volvió en una cuestión esencial. Eso demandó una inversión no
solamente en el hardware, que sería el servidor, sino en la conectividad. Tuvimos que hacer
alianza estratégica con Google en cuanto a los servicios. Por ejemplo, dentro
de los servicios: YouTube, las videoconferencias, el Google Meet, todas esas
herramientas que facilitaron el uso de estas tecnologías. Acá están centrados
los servidores, pero teníamos que tener mayor ancho de banda, mejores servicios”,
detalló Astorga, en una tarea que demandó una porción del dinero girado por la
SPU antes mencionado.
La adquisición de destrezas tecnológicas
Lo que debió haber sido un proceso a mediano o largo plazo se convirtió en un
trabajo a contrarreloj, debido al confinamiento iniciado en 2020. Aprender a
desempeñarse de la manera indicada con las tecnologías de la información y la
comunicación, las famosas TICs, tuvo que ser de manera acelerada. Por eso,
desde la SPU se bajaron lineamientos para ello.
“La concientización de los docentes y en sí la adquisición de competencias en este nuevo entorno de enseñanza ha sido enmarcado en el Plan VES I. Tiene que ver no solamente con tomar conciencia de que hay otra modalidad de enseñanza, sino también la adquisición de destrezas en cuanto a las herramientas tecnológicas y a las estrategias didácticas de enseñanza a través de estas herramientas. Tiene también que ver con un nuevo rol docente, porque sabemos que en la presencialidad el ritmo era de clases magistrales. En tanto que en la modalidad a distancia, se conjugan ciertas destrezas tecnológicas, pero también pedagógicas en sentido que el rol docente se convierte en un rol de acompañamiento, un rol tutorial. Se crean otros perfiles dentro de la modalidad a distancia que tienen que ver más con incorporarse al equipo de trabajo y promover habilidades blandas de toma de decisión, resolución de problemas, de comunicación”, detalló el subsecretario de Educación a Distancia de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu).
Con los estudiantes en el centro de la enseñanza, la nueva modalidad de
clases debía seguir potenciándose con más capacitaciones para los docentes,
aprovechando lo aprendido durante la segunda mitad de 2020 y conjugarlo con el
retorno a la presencialidad. Para esto surgió el Plan de Virtualización de la
Enseñanza Superior II (Plan VES II), que en una segunda nota se desarrollará en
profundidad.
Por Esteban Frazzi
Tw: @estebanfrazzi
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